Líder en aceite de palma en el país, Agropalma, controlada por el Conglomerado Alfa, ha iniciado un proyecto a base de inversiones que deben sumar hasta unos cientos de millones de reales para así poder incrementar su producción en un 50% durante los próximos cinco años. La empresa, cuya facturación creció un 40% en 2020, a R$ 1,4 mil millones, actualmente fabrica entre 160.000 y 170.000 toneladas por año, principalmente para el segmento de la industria de alimentos, food service y segmento de cosméticos en el mercado interno.
Según Beny Fiterman que preside Agropalma y las empresas no financieras de Alfa en general, el avance previsto se basa en una estrategia centrada en la planta. En otras palabras, los aportes se están dirigiendo a ganancias de productividad, que actualmente en promedio es de 16 toneladas de fruta por hectárea, “El objetivo es llegar a entre 24 y 25 toneladas”, dijo el ejecutivo.
En este proceso, Agropalma está invirtiendo en mejorarías en el control de hierbas dañinas, ampliación de talas, ajustes en los niveles de acidez del suelo, control de nutrición con fertilizantes químicos y orgánicos, reducción del ciclo de cosecha y en el trabajo de extracción, con más entrenamientos en campo. Por otra parte también se están empleando nuevas tecnologías, como el uso de drones para monitorear plantaciones.
La empresa controla un área de 107 mil hectáreas en el municipio de Tailandia, en Pará, de las cuales 64 mil hectáreas son reservas forestales y el resto (43 mil hectáreas) se destina a plantaciones. Cuenta con 12 certificados internacionales de sostenibilidad y forma parte de la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible (RSPO).
La producción también cuenta con socios proveedores, entre los cuales 207 agricultores familiares reciben entrenamiento y capacitación y cuentan con el apoyo de la estructura social creada por Agropalma, que también atienden a los 5.300 empleados de la empresa, y tienen garantía de compra de la cosecha.
Según Fiterman, el proyecto de aumento de productividad de la empresa también incluye aportes a sus cinco unidades de extracción de aceite crudo, donde se realizan mejoras para reducir el consumo de agua, y dos industrias de refinación.
Independientemente de lo que pueda pasar con el control de Agropalma –tema sobre el que Fiterman prefirió no comentar; con la muerte de Aloysio Andrade Faria, el año pasado, la familia evalúa el futuro del patrimonio y la gestión del Conglomerado Alfa, consolidado por el banquero– el hecho es que la confianza de la empresa en el crecimiento del mercado del aceite de palma se mantiene firme.
El ejecutivo recuerda que el aceite de palma es el aceite vegetal más consumido en el mundo. Se utiliza en los sectores de producción de alimentos, cosméticos, químicos y en la producción biodiesel y, por lo tanto, representa más del 30% del mercado mundial de aceites y grasas; la participación del aceite de soja, por ejemplo, es de alrededor del 25%.
A pesar de esta fuerte presencia global, conquistada bajo las críticas de los daños ambientales en Malasia e Indonesia, que lideran la oferta, la producción brasileña de aceite de palma asciende a alrededor de 600 mil toneladas por año y, por lo tanto, es insuficiente para satisfacer la demanda interna, estimada en 1 millón de toneladas. Con los planes en marcha, Agropalma, que exporta en torno al 10% de la producción, podría superar las 250.000 toneladas anuales en 2025.